domingo, 30 de enero de 2011

culebrilla

!Ayyyyyyy, que malita estoy y que poquito me quejo¡¡¡¡¡
¿Me habéis echado de menos? Si, seguro que sí.
Ya os conté hace unos días que tenía un dolor en un costado y que yo(que me paso se lista), creía que era un desprendimiento muscular. Eso creí, hasta que el domingo pasado por la tarde me dí cuenta que tenía una cosa rara en la espalda cerca del costado, yo sentía molestias pero no me podía ver como es lógico toda la espalda. Llamo a mi hijo y le digo que mire a ver que tengo. Cuando ve mi linda espalda, empieza a dar aspavientos diciendo.-Mama, vamos rápidamente a urgencias, !Ay Dios mío!
Yo asustada me digo...muerta soy.
Aunque yo no me puedo ver, le digo que me explique que es lo que tengo. Coge el móvil, ese que tenéis todos, que hace de todo, menos comer, y, me fotografía mi espalda, cuando veo lo que se ha reflejado en el móvil, la que dice ahora !Ay Dios mío! Soy yo. Mi espalda tenía mas cráteres que la Luna, estaba llena de ampollitas llenas de líquido, otras ya estaba rotas, aquello era asqueroso y encima va él nene y aumenta la fotografía, yo ya no quería mirar.
Empezamos a vestirnos...bueno yo de cintura para arriba no podía ponerme nada (estaba en pijama), me pongo las botas y me arrebujo en una capa, mi hijo se viste...en ese momento pienso...son casi las ocho de la noche, domingo, vamos al hospital, nos tienen allí hasta las tantas, luego busca una farmacia de guardia etc.etc.etc.
Le hago los cargos, le digo que solo quedan unas horas para el lunes, que me pida hora. Muy a regañadientes me hace caso, me pide hora a través de Internet (muy cómodo) y me hace prometer, casi jurar que voy a ir al médico, sabe que me gusta poco, yo a todo digo que sí.
Al día siguiente, como buena "Chica" voy a ver al doctor, cuando me ve, se sonríe, no se por qué.
Como hacía tres días que había ido por lo del dolor en el costado se queda mirando y me pregunta que si me sigue doliendo. Le digo que si y que creo que se me ha reventado la espalda. Más risas, se ve que le hago gracia. Me manda sentarme, yo le digo que no, que me tiene que ver la espalda, pasamos a la salita contigua, trato de descubrirme, casi no puedo, pero cuando lo intento y ve lo que ve, me dice admirado, -!Tienes una culebrilla¡ ¿Te suena?- Pues claro que me suena, creo que se llama Herpes, ¿No es así? Y me dice. -Eso es... Chica lista.
Bueno, resumiendo, me puso un tratamiento. Lo primero: un antibiótico y lo segundo un preparado que se llama Sulfato de Cobre. El cobre este me lo han tenido que dar cada ocho horas, de ello se han encargado mi vecina Noemí y mi hijo, los dos han sido muy buenos enfermeros. Se lo agradezco a los dos, especialmente a Noemí, pues la pobre ha tenido que bajar tres veces todos los días, la cuarta le tocaba a mi niño.
Ya estoy mejor, pero como me ven con la sonrisa puesta, ni mi hijo ni mi vecina me hacen mucho caso, de todas maneras, uno y otra se han portado muy bien. Ahora cada vez que viene mi hijo me dice: !Hola Culebrilla¡.
Espero que esta próxima semana pueda contaros algo más...la verdad es que me siento cansadita.

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