sábado, 11 de junio de 2011

Fiesta

Ya veo que es muy tarde, pero no me puedo resistir a contar que...!Estamos de fiestas en Coslada¡¡¡
Acabo de entrar en casa de ver los fuegos artificiales, que es lo que más me gusta, Los he visto desde el jardín de mi comunidad, yo solita. Dice el refrán que más vale solo que mal acompañado.
Hace más de 20 años que vivo en esta comunidad de vecinos. Entonces, o sea al principio, salían todos los vecinos a ver los fuegos, se llenaba el jardín de mayores y niños y la verdad es que estaba muy bonito, pero ahora, los niños se han hecho grandes y los padres...mayores. Yo era mayor entonces y más mayor ahora, pero tengo la misma ilusión por los fuegos de artificio desde que tengo uso de razón.
Recuerdo cuando mis hermanos y yo éramos pequeños, vivíamos en un barrio en el que se celebraba La Virgen del Carmen, 16 de julio. Pues bien, mi padre nos cogía a todos y nos llevaba a un descampado donde se hacían los fuegos, ya que entonces tenía que ser lo más lejos posible de las casas. No solamente nos llevaba a nosotros, si no, que también iban todos los niños de la vecindad,
!Que tiempos aquellos¡ En los que todos los vecinos se querían, compartían lo poco que tenían y se divertían juntos.
Un año en el que decidieron muchos vecinos juntarse para ir a ver la "pólvora" creo que aquel día reímos como nunca hemos vuelto a reír. Éramos miles de personas en aquel cerro, cada vez que tiraban un cohete, nos apretujábamos para evitar que nos cayera la caña, la cual solía caer con algo de fuego. Pues entre los miles de personas que estábamos allí...vino una caña y le cayó a la señora Angelita justamente en el escote, entre sus dos t... La pobre chillaba como un cerdo cuando le están matando, pero a nosotros, empezando por mi padre el primero, nos hizo gracia y no paramos de reír hasta que llegamos a casa y más...
No le hizo nada grave, fue más el susto, pero este suceso nos divirtió todo el verano, a nosotros y a todos los vecinos cada vez que lo contaba mi padre a los que no lo habían vivido. Mi padre tenía una gracia especial para contar cosas, unas verdaderas, otras se las inventaba, por eso, cuando salían a tomar el fresco a la puerta de la calle con todos los vecinos, tanto chicos como grandes le escuchábamos con mucha atención y cuando nos decían que los niños a la cama...nos partían por la mitad, pero estábamos deseando que llegara la noche siguiente para acudir a la tertulia del señor Vicente.
Un recuerdo para todos ellos.

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