Se cuenta que a principios del siglo XVIII en épocas de Felipe V cuando por fin consiguió el trono, este visitaba muchas tardes los jardines del Buen Retiro.
Se dice que durante esos días los jardineros se quedaron de lo más sorprendidos, ya que todos los días que iba a ir a pasear el rey, los jardines lucían flores de distintas especies y de las más bellas del reino.
FLORES QUE ELLOS NO HABÍAN PLANTADO.
Alguno dice que un extraño ser con rostro grotesco, que en alguna ocasión había sido perseguido, pero siempre desaparecía entre la maleza, era ver a este ser y aparecer los paseos llenos de flores, cariñosamente le apodaron el Duende del Retiro.
Su actuación más curiosa fue la de adornar con pétalos de flores el paseo principal de EL RETIRO el día que llegó a Madrid Felipe V.
No se como estaría en aquellos lejanos tiempos el Retiro, pero hoy en el mes de mayo especialmente, está a reventar la rosaleda.
Si aún se encuentra nuestro buen duende por allí, seguro que se sentirá contento y orgulloso de ver tan extraordinario Parque.
No hay madrileño que no haya paseado por sus hermosos paseos o haya embarcado en sus botes de remos y quizá también en la motora, (como la llamamos los madrileños) y ahora que tenemos tantos visitantes extranjeros seguro que a ellos también les gusta.
El Retiro, la Casa de Campo y Madrid entero, todavía tienen muchas cosas por descubrir
Justo el Domingo por la mañana me daba un paseo por el retiro y la Rosaleda esta preciosa, eche alguna foto.
ResponderEliminarCreo que tienes razón que el duende no andaría lejos.
Un beso, Gata.
Mª Ángeles, esta mañana he estado hablando en clase sobre Felipe V, precisamente, lo estamos estudiando en Historia, de modo que esta curiosidad de la época me viene fenomenal. Mañana se lo cuento a los chicos. Muchas gracias
ResponderEliminarUn abrazo
Hada, me alegro que aunque sea pequeña la anécdota te sirva para distraer un poco a tus alumnos.
EliminarEspero que de vez en cuando os pueda ser útil, haber si encuentro alguna cosa graciosa, creo que a los chicos les gustará más que lo serio.
Un beso
Veo que Madrid está llena de misterios que poco a poco nos vas descubriendo.
ResponderEliminarA mí me encanta el Retiro, con o sin duende.
Un beso Mª Ángeles.
Me alegro que te guste el Retiro, si encuentro al duende te aviso y lo pillamos entre las dos, jajaja.
EliminarUn besito Elena
Yo diría que había dejado un comentario.
ResponderEliminarDecida, que estuve el Domingo paseando por el retiro, la rosaleda estaba preciosa y en su fuente una pareja de patos que les hice una foto. Lo que no vi fue al duende!
Un beso.
Ya veo que estuviste en la rosaleda y habrás visto lo hermosa que está. Lo del duende es más difícil de ver pero todo se andará, la primera que lo encuentre, que avise jajaja.
EliminarUn beso Rafaela
En ocasiones, querida abuela, nos sorprendemos a nosotros mismos plantando flores y coloreando ciertos momentos; duendes de nosotros mismos...
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte y, por supuesto, besos, muchos besos.
Mi encantador Erasmo, siempre que apareces por aquí me dejas pensativa. Tu manera de decir las cosas...¡Claro que se puede esperas de un filólogo!.
EliminarYo también te envio muchos besos
¡Claro que existe el duende!
ResponderEliminarEs el quien se encarga de cuidar la belleza del lugar.
Un beso gata y gracias por hacernos respirar tu Madrid.
Encantada de ser util aunque sea contando cuentos, y el caso es que yo me los creo.
EliminarUn besito J. L.