Un angelito

Cuando este hombre vio llegar a su pequeña hija, a la parada de los tranvías donde él estaba haciendo servicio organizando las colas, se le puso el corazón en la garganta. La niña era muy pequeña y no iba nunca sola tan lejos y mucho menos a donde estaba su padre dirigiendo el tráfico en plena Puerta del Sol de Madrid. Algo había ocurrido, seguro.
Cuando la niña con ojos llorosos se acercó a él, no hizo falta preguntarle nada, ella le dijo: - Mamá ha tenido una niña muerta.
Con la cara blanca por el dolor, fue para hablar con su superior y contarle lo sucedido. Acto seguido con su niña de la mano se marcharon hacia su casa.
Después de dejar a la niña se marchó hacia Maternidad para ver a su esposa. Los médicos le informaron de cuanto debía saber y también de lo que nunca debió ocuparse.
Le dijeron que debía de enterrar a la niña por su cuenta. El dijo que no sabía que hacer y...allí mismo le orientaron.
Al día siguiente, con una caja de madera de esas que vienen llenas de higos secos, debajo del brazo, iba este hombre solo, con el cadáver de su hija, camino del cementerio más cercano a su domicilio.
Fue caminando a campo través...¿Que pensaría durante ese trayecto? Nadie lo supo, él nunca lo contó.
Pasado el tiempo, mi madre me contó el hecho, pero nunca los pensamientos de este hombre mientras iba camino del cementerio, solo, triste, es de suponer...todo se lo calló, nadie ha sabido jamás nada de este hecho.
En aquellos tiempos no había seguros y muy poco dinero. Por otra parte cuando los médicos le aconsejaron esto es que era lo normal.
Si hubiese sido ahora, no hubiese estado solo, sus siete hijos le hubieran acompañado...Este hombre...era mi padre...Y una hermana que aunque nunca la vi, siempre la eché de menos...
¡Hoy será un angelito en el Cielo!