invitación

Despues de casi un mes que no veo a mis "amigotas", Piluca, Ana y Engracia, hoy me he encontrado con una de ellas, Piluca.
Quedamos anoche para ir hoy a ( como decimos los madrileños, a Jesús).
Como había pasado mi cumpleaños y no nos habíamos visto, he dicho que la invitaba a comer en el museo...no me ha dejado terminar de hablar, me dice que al museo no, que la voy a llevar al Reina Sofía o al Palacio de Linares y que le da mucho miedo. Yo un poco enfadada, le he dicho que adonde la iba a llevar era a museo del Jamón. Menos mal, ahí si que le gustaba a la nena.
Es un restaurante no muy elegante pero se come mucho, bien y barato. Al entrar se ven tantos jamones rodeando todas las paredes que sería dificil contarlos. Eso lo saben bien todos los que vivan en Madrid y parte de extranjero, pues ya es muy conocido por los turistas.
Nada mas sentarnos y mientras leemos la carta, nos ponen un plato de jamón para ir habriendo boca.
Hemos comido Spaghetti a  la carbonara, trucha a  la plancha con ensalada y un postre muy español, arroz con leche.
Después de bien comidas nos hemos ido a tomar el café a la estación de Atocha para luego tomar un cercanías y a casita. Nos hemos sentado en una terraza de la estación, en la mesa de al lado había un caballero, mayor, pero más joven que yo,(todo el mundo es más joven que yo) con varios bultos, una bolsa de viaje grande, otras dos más pequeñas, un portafolios y una carpeta.
Supongo que como el señor nos ha visto tan formalitas, nos ha preguntado si podíamos cuidar de su equipaje mientras ba a comprar el billete del AVE, pues iba a Sevilla y el tren salía dentro de poco. Nosotras sin pensarlo, claro está,  hemos dicho que si, que no se preocupara por el tiempo ya que ibamos a estar un rato allí.
Después de que se ha ido el caballero nos ha dado por pensar y no solo pensar si no que nos hemos formado una película entre las dos.
Como las cosas no están nada bien en el mundo, nos ha dado por pensar ¡Que habria en las maletas!
Piluca que aveces piensa más de la cuenta ha dicho que a lo mejor el equipaje tenía droga, o una bomba, o lo había robado, o.....
Estando en estas especulaciones y con el miedo metido en el cuerpo, llega el señor, que dicho sea de paso era todo un señor.
Nos ha dado las gracias, nos ha besado la mano y nos ha dado su tarjeta...
Era un abogado que iba a Sevilla por un trabajo de una herencia, nos lo ha dicho cuando se despedía de nosotras. Cuando se iba, le hemos visto hasta guapo...
Hoy no he asustado a Piluca, hoy nos hemos asustado las dos, todo por tener esta imaginación que enemos.