Su nombre era Sra. Rivero, mientras estuvo al frente de su clase de 5º curso, ella miraba a sus alumnos y les decía que a todos los quería por igual. Pero eso no era posible, porque en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba un niño llamado Facundo Moreno. La maestra había notado que él no jugaba con otros niños, su ropa estaba muy descuidada y su aseo también. Facundo comenzaba a ser un tanto desagradable. Llegó un momento en que la Sra. Rivero disfrutaba poniendo un enorme 0 en sus notas.
En una reunión de profesores, la maestra de 1º dijo: "Facundo es un niño muy brillante y tiene buenos modales". La maestra de 2º dijo: "Facundo es un excelente estudiante, pero se nota preocupado porque su madre tiene una enfermedad incurable y el ambiente en su casa es muy difícil".
La maestra de 3º dijo: "Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él, su padre no muestra mucho interés y el ambiente en su casa le afectará pronto si no se toman medidas". Su maestra de 4º dijo: Facundo se encuentra atrasado y en ocasiones duerme en clase. La Sra. Rivero se había dado cuenta del problema y estaba apenada con ella misma. Ella empezó a sentirse peor cuando sus alumnos les llevaron regalos el día del maestro envueltos en precioso papel brillante excepto Facundo. Su regalo estaba mal envuelto, en un papel amarillento. A la Sra. Rivero le dio pánico abrir ese regalo delante de los otros chicos. Algunos comenzaron a reír cuando ella encontró un viejo brazalete y un frasco de perfume con solo un cuarto de su contenido. Ella detuvo las burlas de los niños al exclamar lo precioso que era el brazalete mientras se lo colocaba en su muñeca.
Facundo Moreno se quedó ese día al final de la clase para decir: "Sra. Rivero, el día de hoy usted huele como solía oler mi mamá".Después de que el niño se fue, ella lloró.
Desde ese día comenzó a educar a los niños, poniendo atención especial en Facundo, mientras más lo apoyaba, él respondía más rápido. Para final de curso Facundo estaba al mismo nivel que sus compañeros y se convirtió en uno de los preferidos de la maestra.
Dos años más tarde ella se encontró una nota debajo de su puerta, era de Facundo diciéndole que ella había sido la mejor maestra de su vida. Cinco años después recibió una nota diciéndole que había terminado el secundario siendo el 3º de su clase y ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en su vida.
Cuatro años después recibió otra carta. En esta ocasión en esta ocasión le anunciaba que concluyó su carrera y que seguía siendo la mejor maestra que había tenido en su vida, pero ahora su nombre se había alargado un poco, la carta estaba firmada por, Doctor Facundo Moreno. La historia no termina aquí pues en otra carta le explicaba que su padre había muerto hacía un par de años y le preguntaba a la Sra. Rivero si le gustaría ocupar en su boda el lugar que usualmente se reserva para la madre del novio, por supuesto la vieja maestra aceptó y...
Ella llegó usando el viejo brazalete y el perfume que Facundo recordaba que usó su madre la última Navidad que pasaron juntos. Se dieron un abrazo y el doctor Moreno le susurró al oído: "Gracias señora maestra por creer en mi.
La señora Rivero con lágrimas en los ojos, le dijo: "Facundo, te equivocas, tu fuiste el que me enseñó a mi. No sabía como educar hasta que te conocí.
Qué hermosa anécdota nos traés hoy Ma.de los Angeles, cuántas veces los grandes aprendemos de los chicos, esta vez con final feliz para todos, un abrazo!
ResponderEliminarGracias María Cristina, me alegro que te haya gustado, un poco triste pero muy real.
EliminarUn beso
Buenos días Mª Angeles, disculpa que no te visite todo lo que me gustaria...solo es la falta de tiempo. Me ha encantado este bonito relato, me ha transladado a la etapa de colegio de mi infancia.
ResponderEliminarAbrazos alicantinos.
Pilar.
Pilar, gracias por la visita, te he echado de menos, comprendo perfectamente que el tiempo nos trae de cabeza,en otras épocas se vivía más tranquilo, pero que le vamos hacer, en la nuestra estamos todos siempre corriendo.
EliminarUn beso para la bella Alicante
Una hermosa historia en el fondo, con todos los ingredientes necesariios para emocionar en la forma. Un abrazo.
ResponderEliminardlt, creo que ha sido un poco lacrimógena la historia, pero quizá nos haga pensar un poco, menos mal que la cosa termino bien.
EliminarUn fuerte abrazo
Muchas veces se fracasa en la vida por no tener a nadie que de cariño, comprensión, confianza, ánimo............el relato da para pensar mucho.Besotes
ResponderEliminarCharo, me creerás si te digo que se me saltaban las lágrimas mientras escribía?
EliminarMuchos besos
que historia bella y humana, nos muestra que el amor abre todas las puertas en la vida, dejo mis saludos querida amiga
ResponderEliminarHola abuela frescotona,Gracias por tu visita.Estoy encantada de tenerte como amiga y como las dos somos abuelas, ya charlaremos de nuestros nietos.
EliminarUn beso
hermoso historia
ResponderEliminarfelicidades
besos erfumados
Mi encantadora Camila, gracias y me alegro que te guste la historia.
EliminarUn fuerte beso
Una historia preciosa, cada vez que te leo me gusta mas. Un Beso
ResponderEliminarHola Juan Antonio, me alegro que te haya gustado la historia y espero verte más a menudo por esta tu casa.
EliminarUn beso
En las aulas universitarias, los futuros profesores aprenden las técnicas que la pedagogía les ofrece, más solo la experiencia en el ejercicio de su noble profesión les otorgará (no a todos) esa sensibilidad de saber inspirar la superación de sus alumnos.
ResponderEliminarEnseñar es transmitir conocimientos, educar es formar una vida. Cualquiera puede ser un profesor, no cualquiera es un educador. En tu bello relato, el niño empezó a evolucionar como estudiante (pese a sus adversidades) el mismo día que su maestra empezó a evolucionar como ser humano (pese a sus prejuicios primeros). Bonito final para una bella historia. Ambos se iniciaron desde cero (cada quien en su posición) y juntos se enriquecieron mutuamente, creciendo en confianza, espíritu y condición.
Felicidades por esta bella obra.
¡Saludos!
Gracias Juan Carlos. Lo primero por tu visita a mi humilde blog, y lo segundo por los elogios que haces de mi pequeño relato.
EliminarTodo lo que dices acerca de la profesora y el niño es muy real, aunque nos cueste creerlo. Como tu bien dices, la técnica es distinta a la práctica, no muchos lo reconocen.
Te repito las gracias y espero que no sea la última vez que te pases por aquí.
Un saludo desde Madrid
Una historia muy humana y que se da siempre a lo largo de la vida.
ResponderEliminarCoincido plenamente con el omentario de Juan Carlos.
Solo me inspira el deseo de esperar que esta historia, sea menos frecuente en nuestras vidas diarias.A mi me duele en el alma, todo lo malo que le pueda suceder a un niño.
Son seres a quienes muchas veces no se les toma la verdadera importancia de lo que les sucede y aveces rien cuando estan sufriendo y estan devastados por dentro.
Tierna y ejemplar historia.
Un beso
Hola Pluma y Data. Aunque no lo parezca, esto suele ocurrir y no todos lo vemos. A los niños se les hace muy poco caso al respecto, ahora suelen decir aquello de..."El profesor me tiene manía". A veces es verdad.
EliminarLos que tenemos ya los hijos mayores ya se nos ha olvidado, pero no por ello no nos vamos a preocupar por lo demás.
Gracias por tu visita
Un beso