Hoy tengo que contar algo bonito, pues mi querida amiga Piluca me lee cuando ya se va a dormir. Dice que le sientan bien mis relatos.
Una cosa bonita es que, como algunos sabéis, soy miembro del jurado del Circulo de Lectores y ha ganado el premio de novela 201o, la misma que yo he votado. Igual pasó el año anterior, se ve que tengo buena opinión.
Otra cosa bonita es la historia que os cuento a continuación:
Hace muchos años, en Chile concretamente, vivía mi compañera Norma, hoy también jubilada como yo, con sus padres y seis hermanas. Su casa estaba a las afueras de su ciudad cerca de un camino muy transitado por gente que se trasladaba a otros pueblos en busca de trabajo. La mayoría de las veces eran hombres acompañados por niños, según mi amiga, unas veces eran suyos propios, pero la mayoría de las veces, eran prestados y robados. Estos hombres eran jornaleros temporeros y cuando se terminaba el trabajo, se volvían a su lugar, pero casi nunca volvían con los niños, los abandonaban o se los prestaban a otros trabajadores.
Una se esas veces, vieron que un padre con su niño de unos cinco años, se acercaba a la casa, les pidió agua, pero cuando se dieron cuenta...el padre se había ido y el niño estaba sentadito en el suelo como esperando.
Solo sabía que se llamaba Juan y por allí se quedó merodeando. Cuando llegó la hora de la comida se acercó a la casa, lógicamente la madre de mi compañera aunque no le sobraba le dio de comer.
Llevaba como única vestimenta, una camiseta que le llegaba a las rodillas. Era curioso que el niño desaparecía de la vista de estas personas hasta que era la hora de las comidas. Como no sabían nada más de su nombre, empezaron a llamarle...Juan "Camiseta".
Al ser asiduo en la mesa, decidieron dejarle un sitio donde dormir, así que ya tenía cama y comida.
Cuando Juan "Camiseta" tuvo quince o dieciséis años...desapareció.
Pasaron varios años, un día recibieron una carta con varios pasajes de avión con destino Nueva York, la carta la firmaba----(nombre ingles), las hermanas de mi amiga se pusieron muy contentas, pues aunque no sabían quién les mandaba los pasajes, les apetecía mucho ir a Nueva York, así que allí se presentaron estas buenas gentes, sin saber a lo que iban.
Cuando llegaron a su destino vieron que era el edificio de la O N U.
Perplejas se quedaron, ?Que iban a hacer allí?
Fueron recibidas en un despacho muy lujoso por un mayordomo, al instante, un señor, al que ellas no habían visto por estar este detrás de la puerta, les dijo:
¿Como están mis hermanas Chilenas?
Cuando se volvieron, vieron a un joven muy bien vestido al que ellas reconocieron rápidamente, era Juan "Camiseta" hoy...un importante ejecutivo de la O N U.
Juan "Camiseta les presentó a su esposa e hijos y, nunca ha dejado se tener correspondencia y visitas a, como el dice...sus hermanas chilenas.
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