No se si tengo muchos seguidores desconocidos, pero lo que sí se, es que tengo unas seguidoras fijas que son maravillosas.
Una de ellas: Nuria, de Alcalá de Henares. Nuria es algo más que una seguidora, es una buena amiga. Además de animarme, se entretiene cada día leyendo mi blog y se enfada cuando por algún motivo ese día no he escrito nada; además, creo que es un poco bruja pues creo que me descubre a los personajes a los que yo trato de ocultar, bien cambiándoles el nombre o la cuidad donde viven, ¿ a que si?
Otra: mi vecina Mª Jesús, que, me ha regalado un tarro de aceitunas aliñadas por ella misma en su finca que son deliciosas. Por cierto, hace unos días le ha pasado a ella lo mismo que a mí con el carrito de la compra donde perdí un euro, fue en el mismo supermercado. Claro que como ella muy joven y más lista que yo...se empleó a porrazos donde se le había atrancado su moneda y no paró hasta que le salió...bien hecho guapetona.
Ahora le toca el turno a mi vecina Conchi:
Conchi lee todo lo que escribo, además, siempre me está metiendo prisa haber cuando sale mi próximo libro, te diré, querida Conchi:
He sacado tantos personajes...que no se donde meterlos cuando ya estoy casi al final. Uno lo he matado, otro lo he dejado invalido, a otro lo voy a meter en un convento y creo que, los que me sobran: Los ingleses los voy a tirar al Támesis( los personajes, claro está) y los españoles...al Tajo.
Mi hijo me dice que no quiere un final que termine llorando como en Doña Perfecta...Besitos a todos.
!Ah. Te prometo que cuando vuelva a hacer rosquillas, serás la primera en probarlas.
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