Estamos en la semana de la Navidad. Hoy lo que voy a contar ya lo hice tiempo atrás, pero para los que no lo hayan leído y para que otros lo recuerden, halla va:
Mi amigo Víctor y compañero los domingos en nuestra parroquia, es un policía de la comisaría de Coslada y como tantos otros tiene mucho que contar y enseñar. Me contó un día esto que yo relato:
Conoció a un mendigo que apareció en Coslada sin saber de donde venía, estaba en la puerta de la iglesia pidiendo limosna, aparentaba unos cuarenta años, pues ni él mismo sabía los que tenía.
Dormía en la calle y cuando conoció a Víctor iba de vez en cuando a visitarle a la comisaría, cuando hacía mucho frío, Víctor cogía el coche patrulla y le daba una vuelta por el pueblo para que por lo menos estuviese un rato calentito. No tenía documentación y Víctor le ayudo para tramitarle el carne de identidad y el hombre estaba encantado, seguía pidiendo en la iglesia y poco a poco se hizo amigo de más de un policía.
Aquella Nochebuena cuando Víctor terminó su servicio, cogió su auto y se fue hacia su casa. Hacía mucho frío y se veía poca gente por la calle pero Víctor vio a su amigo el mendigo caminando solo por la acera. Paro el coche y le invitó a subir y también a que cenara con el y su familia en casa.
También, este hombre dicho por Víctor y por varios compañeros, olía fatal, pues no se aseaba nunca.
Cuando llegaron a la casa, lo primero que hicieron fue pedirle que se bañara, le dieron ropa limpia y un traje de Víctor, cuando ya estaba aseado y bien vestido, dijo:- No tengo corbata. Todos se echaron a reír y le dieron una corbata.
Esa noche le dieron cena, cama y amor.
Este mendigo siguió a lo suyo, se ponía en la puerta de la iglesia, ya le conocía media ciudad, era respetuoso y educado.
No había pasado mucho tiempo, cuando una noche le llamó por teléfono su jefe superior cuando Víctor ya estaba en casa, le preguntó si conocía al hombre mendigo que se ponía a pedir en la puerta de la parroquia, de sobra sabía que le conocía, Víctor le preguntó si había hecho algo malo y el jefe le respondió que acababa de darle un infarto y había muerto en la puerta de la Parroquia.
Me dijo que le había dado mucha pena, pues murió como un perrito, solo y tirado en la calle. Cuando Víctor llegó al tanatorio, allí estaba el mendigo, solito, igual que había vivido. Dijo que le dio mucha pena. A mi también me da pena...
Hoy me ha mandado Víctor una felicitación Navideña la mar de graciosa. A Víctor ya le conoceis muchos de vosotros por lo que cuento de él, ya sabeis que es policía. Le conocí a través de mi parroquia donde coincidiamos todos los domingos en misa. Fue catequista de uno de mis hijos para su confirmación y de vez en cuando nos daba una charla de la que saliamos muchos con lágrimas en los ojos. Pues bien, la felicitación se compone de un montaje que ha hecho el policía informático de su comisaría. Ha cogido una postal con el Misterio y ha puesto las caras de varios policías, a Víctor le ha tocado ser El Niño Jesús. La verdad es que están todos muy graciosos.
Yo creo que no han podido coger a nadie mejor que a Vítor para representar a Jesusito, aunque tenga bigote y poco pelo.
Desde aquí felicito la Navidad a todos mis seguidores, a los que tengo su correo les daré un poco la murga...para que no me olviden.
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