jueves, 20 de marzo de 2014

Fiestas de barrio

Cuando dos mujeres mayores se encuentran después de mucho tiempo, siempre salen a relucir las penurias de juventud. Digo penurias porque en nuestra juventud no había las buenas cosas que hay hoy en día, ya sea ropa, zapatos, incluso las diversiones eran muy sencillas.
Hoy cuando he visto a mi amiga Eloisa, han salido a relucir nuestra juventud, nuestros padres, nuestros hijos y no iban a faltar los nietos. Pero la principal conversación a recaído sobre nosotras mismas.
Me contó que en cierta ocasión, por las fiestas de nuestro barrio, quería un vestido nuevo. En aquellos tiempos en las fiestas estrenábamos vestido nuevo pero había veces que era difícil para nuestros padres comprarlo. Ese año de 195...Eloisa se quedó sin vestido nuevo. No creáis que ella se amilanó, no. Empezó a pensar ya que es muy inteligente y enseguida dio con la solución.
Las casas de aquella época no eran muy grandes y raramente había un cuarto de invitados en ellas.
Rara era la casa que no tenía una cama mueble en el comedor por si venía alguna visita. Esta cama estaba disimulada con unas "Faldillas" hechas con tela de cretona casi siempre floreada, tenía fondo rojo, azul o negro con flores estampadas que resultaba muy bonita y decorativa.
En mi casa, además de las faldillas de la cama mueble mi madre puso cortinas de la misma tela, por lo que aquello parecía que estábamos en la selva.
Cuando mi amiga supo que no tenía vestido para ir a la "Kermes", dada su inteligencia, empezó a pensar como conseguirlo. Con lo primero que se topó fue con la cama mueble y su preciosas faldillas de bonita cretona. Rauda como una centella se fue en busca de su madre, ( que todo hay que decirlo debía de ser una santa, la mía no hubiese aceptado el trato), le dijo:
-Mamá, ¿me das las faldas de la cama mueble para hacerme un vestido?
La buena señora dijo que si y que sentía mucho no haber podido comprarle un vestido nuevo.
Eloisa puso manos a la obra, cortó el vestido, pero le faltaba tela para el canesú. Como ya tenía la venia de su madre, fue en busca de algo rojo que era el color predominante de la tela y, ¿ sabéis lo que encontró? Pues un par de servilletas rojas que le solucionaron el problema. Creo que le quedó un vestido precioso. Además adorno el escote con un cordón rojo hecho por ella misma.
Cuando llegó con sus amigas al baile, el ambiente era fenomenal. Allí estaban Carmen Sevilla, Lola Flores y más gente conocida para elegir a la Miss de la fiesta. Mientras bailaba se acercó Perico Chicote y le dijo: -Señorita, apúntese que vamos a elegir a la Miss y usted es muy guapa, su compañero de baile también la animó, pero ella dijo: - Si se entera mi padre que me cogen Miss me da una zurra.
Así eran aquellos tiempos. Teníamos respeto al padre, a la madre, después al marido y ahora a los hijos. ¿Tendremos que temer también a los nietos?
Eloisa no fue Miss por miedo a su padre. Yo no fui a la "Kermes" porque en mi casa nos habíamos comido las faldas de la cama mueble y por lo tanto no tenía vestido que ponerme, jajaja.
¡¡¡Las cosas que nos hemos perdido nuestra generación!!!

14 comentarios:

  1. Qué entretenida historia Ma. de los Angeles! Me hiciste reir mucho con a quién deberíamos temer ahora, y mi nieta mete miedo con las cosas que me dice a veces! "abuela, no hables tan alto" "abuela, estás desentonando, no se canta así eso" ja ja ja, un abrazo!

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    1. Pues si María Cristina en mi época todo eran represiones, que si papá decía, que si mamá hacía. Después al novio no le gustaban las blusas transparentes...al marido menos. Y no digamos los hijitos.
      Yo solo tengo dos nietos, pero no se meten conmigo, sobre todo a mi nieta todo lo que hago le parece bien...Menos mal.
      Un abrazo guapa

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  2. Me ha encantado, me ha traído sabor a niñez, y recuerdo además perfectamente esas "faldillas" de las que hablas. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.

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    1. Hace unos años en casi todas las casas había "faldillas", bien para tapar la cama mueble, como en este caso, o bien para disimular la máquina de coser.
      ¿Verdad que es bonito recordar?
      Un fuerte abrazo Pepe

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  3. En mi casa también había cama de este tipo pero estaba escondida en el mueble de la sala así que no tenía cortinillas.......yo recuerdo haberles hecho a mia hijas cuando eran pequeñas vestidos con cortinas.........sigo en el hospital a jornada completa atendiendo a mi marido.Besicos

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    1. La cama que había en tu casa era de más categoría y eran muy bonitas, pero la mayoría eran sencilla y cubiertas con bonitas telas de cretona.
      Espero que tu marido se haya recuperado ya, si no, espero que lo haga pronto.
      Un beso Charo

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  4. Hola Maria Ängeles.
    ¿Pero verdad que fuimos felices?Al menos yo si.
    Porque nos conformábamos con pequeñas cosas y teníamnos muchas ilusiones.
    Me ha encantado el relato.
    Te mando un beso grande, Montserrat

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    1. Ya lo creo amiga Montserrat, éramos más felices con poco que ahora con todas las modernidades del mundo.
      Uno de mis hermanos jugaba a los trenes con un ladrillo de canto, jamás pidió un juguete y siempre estaba con la sonrisa en los labios.
      Yo también te mando un beso bien grande

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  5. Me encanta como escribes. Directa, divertida y sobre tod o AUTÉNTICA ..... Yo siempre heredaba la ropa de mis hermanas mayores....haciendo algun cambio para que me pareciese que lo estrenaba...me has heco recordar una anécdota entrañable. Yo era una niña asmática y encuanto llovia dos gotas no iba al colegio...soy de Bilbao y como decia mi padre esta niña va al colegio solo a pagar y luego se queda en casa,,,Pero vamos a la anécdota. Yo tenía un impermeable blanco y como llovia ...mi madre decidío mandar al Colegia a mi hermano (3 años menor que yo ) con él puesto
    El decia que no iba con un impermeable de niña mi madre dijo que si...y con el tiempo supimos que había hecho novillos !!! era un crio super estudioso...te añado que era el único chico entre cinco mujeres......jajajajaa.... Un abrazo gracias por visitar mi baúl
    Begoña

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    1. Tu si que eres un encanto Begoña y te agradezco tus halagos.
      Yo por el contrario era la única hija de siete hermanos, los demás eran chicos. Ellos, según mi madre, destrozaban la ropa y no le valía la de uno para otro. Yo al ser la única niña no había más remedio que hacerme los vestidos y estrenarlos, pero no te creas que tenía muchos...
      Un beso

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  6. ¡¡¡Ay, María!!! Que tiempos aquellos eh! Yo me veo reflejada en tus letras y recuerdo el primer vestido nuevo que estrené un día de fiesta -la fiesta de la Purísima Concepción.
    Era un vestido color rosa cortado en capa, con una flor bordada en el pecho, debajo del hombro; yo era muy delgaducha el corte me favorecía mucho. Tenía por aquel entonces 12 años. Anteriormente, me hacía mi hermana los vestidos, ella me llevaba a mí 12 años, sabía coser y de sábanas que se teñían en una caldera y, de eso hacía ropa ella y para mí.

    ¡Ahora hay crisis si!! Y todos deseamos que esto mejore. Pero, crisis es aquella que yo recuerdo y que deseo con toda mi alma que nunca vuelva.
    Ha sido un placer pasar por tu casa virtual y leerte, María.

    Te dejo mi gratitud y mi estima.
    Un abrazo y feliz semana. Nos vemossss

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    1. Te doy toda la razón Marina, nosotros si que hemos pasado por más de una crisis.
      Había crisis en los 40, en los 50, en los 60 y...bueno la crisis no se aparta de nosotros, claro que como nos apañábamos con menos cosas...
      Como bien dices, a ver si se solucionan las cosas pronto.
      Cuando quieras y tengas ganas, te pasas por aquí y yo procuraré distraerte un poco.
      Un fuerte abrazo

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  7. Yo me acuerdo que jugabamos al escondite y nos metiamos en la cama mueble, claro como no teniamos ordenador ni movil, habia que jugar de alguna manera. Besitos

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    1. ¡O sea, que eras tu el que la rompió!...Como decía nuestro hermano Vicente...¡Ahora me chivo!
      ¡¡¡Que pena no poder chivarme, Verdad? !!!
      Un beso

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