Mi amigo Víctor que todos los días nos manda una cartas la mar de profundas en lo que ha religión se refiere, los sábados nos da un respiro y nos cuenta alguna cosa graciosilla, aunque siempre nos pide perdón de antemano por si algo nos ofende Lo que nos cuenta hoy me ha parecido tan gracioso, que paso a contarlo por si le sacamos a alguien una sonrisa, que buena falta nos hace, ahí va:
Se trata de una terapia de pareja.
Marido y mujer acuden al sicólogo tras 20 años de matrimonio. Cuando se les pregunta cuál es el problema, la mujer saca una lista larga y detallada de todos los problemas que han tenido durante los 20 años de matrimonio:
Poca atención. Falta de intimidad. Falta de comunicación. Vacío. Soledad. No sentirse valorada. No sentirse amada. No sentirse deseada y bla, bla, bla, la lista es interminable.
Finalmente, el terapeuta se levanta, se acerca a la mujer, le pide que se pare y la besa apasionadamente. La recuesta en el diván, le quita la ropa, todo lo demás y le hace el amor.
Mientras el marido los observa con una ceja más alta que la otra.
La mujer se queda muda.
Cuando el doctor termina, ella se acomoda la ropa, se arregla el cabello y se sienta en la silla medio aturdida.
El terapeuta se dirige al marido y le dice:
-Esto es lo que su esposa necesita, al menos 3 veces por semana. ¿Puede hacerlo?
El marido medita un instante y responde.
Bueno, la puedo traer los lunes y los miércoles, pero el viernes tengo fútbol. Agggggg.
Sin más comentarios.
Querida Chus, gracias por tu consejo.
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