martes, 5 de abril de 2011
Un vaso de leche
Amiga Juanita: me preguntas que de donde saco tanta imaginación, pues verás, no todo lo que escribo es de mi imaginación, yo he leído y leo muchiiiiiiiiisimo y muchas de las cosas que cuento es que antes las he leído. La verdad es que tengo buena memoria y a veces escribo cosas que están en mi memoria desde hace muchos años, también las disfrazo y les añado, como dicen los actores, alguna morcilla. Me hace muy feliz que gente como tú que eres licenciada, precisamente en letras, se lo pase bien cuando lee mis "cosas", te mando un beso y prepárate que te voy a contar hoy una historia muy, pero que muy bonita. Como dicen los toreros...Va por ti. Un día, un pobre muchacho que iba vendiendo cosas de casa en casa para pagarse sus estudios, se dio cuenta que solo le quedaba una moneda y tenía hambre. Decidió que pediría comida en la siguiente casa. Sin embargo, se puso nervioso cuando una encantadora joven abrió la puerta. En lugar de comida, pidió un vaso de agua. A ella le pareció que el muchacho debía de tener hambre, así que le dio un vado de leche. Él se la bebió despacio y después preguntó: -¿Cuanto le debo? -No me debes nada-respondió ella-. Mamá nos enseño que no aceptáramos pago por un acto de bondad. -Entonces le doy las gracias de corazón. Cuando Howard Kelly dejó esa casa, no solo se sentía mas fuerte físicamente, sino que su fe en Dios y en el hombre era más fuerte también. Años después, esa mujer enfermó de gravedad. Los médicos de la localidad estaban desconcertados. Al final, la mandaron a la gran ciudad, donde llamaron a los especialistas para que estudiaran la enfermedad. Al doctor Howad Kelly lo llamaron para la consulta. Cuando escuchó el nombre de la ciudad de donde ella provenía, una extraña luz llenó sus ojos. Se levantó de inmediato y corrió el pasillo del hospital hasta llegar a su habitación. Llevando puesta su bata de médico, entró a verla. Ella no le recordaba, pero él la reconoció al instante. Regresó a la sala de consultas, decidió hacer todo lo posible por salvarle la vida. A partir de ese día le prestó una atención especial al caso. Después de una larga lucha, se ganó la batalla. El doctor Kelly pidió a la oficina que le pasaran la factura final para aprobarla. La miró, después escribió algo al margen y se la envió a la habitación de ella. La mujer temía abrirla, ya que estaba segura que le llevaría el resto de su vida poder pagarla. Al fin la miró y algo captó su atención en el margen de la factura. Leyó estas palabras: Completamente pagada con un vaso de leche. Dr. Howard Kelly ¿Verdad que es bonito este caso? Quienes leen mis escritos por la noche, seguro que hoy van a dormir mejor
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