domingo, 15 de enero de 2012

Viernes de Jesús

Bueno hoy es domingo pero como hay a quien le ha interesado saber más acerca de lo que conté respecto al Cristo de Medinaceli el viernes pasado, voy a seguir. Primero contando a los interesados como salió y entró Jesús en Madrid durante la guerra civil. Segundo, dando la tabarra a los que no les interese pero me siguen ¡Pobrecitos!
A lo mejor lo tengo que contar en varios días como mi buen amigo Limeño, que nos tiene intrigados con su historia, leyenda o lo que sea, el caso que yo ya no puedo dormir de curiosidad, espero que ya esté cerca el final. Pluma y Data y Marilyn...Va por vosotros. ¿A que parezco un torero brindando?
En aquellos días (Dios quiera que no vuelvan) Fueron muchos los conatos de algunos de incendiar la iglesia de Jesús de Medinaceli. Entre ellos se recuerda especialmente aquel 14 de marzo de 1936, segundo viernes de mes. La fe y el fervor han convocado a mucha gente y las "colas" están formadas en la calle. A la vez se van reuniendo grupos sospechosos que van adquiriendo mayor volumen y prorrumpen con aquel grito de "U.H.P. Jesús ha de arder".
Antes de seguir, diré que, no voy a dar nombres propios, aunque los se, pero esta "coletilla" la he puesto por aquello de la rima. Las siglas son auténticas. No se, ni me importa lo que quieren decir.
No quiero ofender a nadie, aquello pasó y todos fueron culpables...unos...y...otros. Dicho esto, sigo.
La serenidad de los devotos, firmes en sus filas y seguro que pasando mas frió que "Carracuca" que no se quien era, pero mi madre lo decía muy a menudo cuando tenía frío.
Como decía, en el mes de marzo en Madrid, se hielan hasta las piedras. La serenidad de los fieles, les dejo tiempo a los frailes para llamar al orden público y esconder la estatua de Jesús en un ataúd y enterrarlo en la cripta de dicha iglesia...ese día no la pudieron quemar, ale, chincharos.
En la mañana del domingo 20 de Julio de 1936, dos días después del Alzamiento Nacional, unas milicias cercan por todas partes el templo, insultando, cacheando y deteniendo a no pocos de los fieles que acuden a Misa. Ante tal estado de cosas, los superiores religiosos deciden cerrar la iglesia y es cuando los frailes "entierran" la imagen. Así cuando el martes siguiente la chusma asaltaba el convento y busca afanosamente la imagen, por ninguna parte aparece. Remedando el Evangelio, diríamos que "todavía no había llegado su hora".
La hora sonó el día 12 de febrero del año siguiente, de 1937, cuando el batallón de Margarita Nelken (señalo su nombre, porque gracias ella la estatua se salvó), que a la sazón residía en el convento, buscando leña por todos los sótanos y criptas...al levantar una vieja puerta tirada en el suelo oyeron caer escombros como en algo hueco, y cavando dieron con la caja donde estaba el Cristo.
El Capitán, X pensó que se trataba de la imagen de Jesús y ordenó desalojar inmediatamente la cripta y la cerró con llave. Al día siguiente hicieron todos los preparativos para trasladarla...no sabían donde...
Emulando a mi querido limeño, digo...continuará.

2 comentarios:

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  2. Estimada "Neoabuela" (ingenioso epíteto que me ha encantado):

    Gracias por hacerme partícipe de las líneas que usted traza aquí. Es verdaderamente hermoso encontrar recodos -aunque sean virtuales- en que se aprecien sensibilidad, emoción, autenticidad (humildad) y experiencia vital irisada de ilusión y paz de espíritu.

    Saludos calurosos de un nuevo y joven seguidor,
    Ángel.

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