Acabo de leer la entrada de mi querida Amylois en la que cuenta como va su busca de empleo, de momento está ya metida en algo y yo espero y deseo que le salga bien, a ella y a muchos que lo están intentando.
Yo fiel a mis batallitas, voy a contar otra vez como eran las cosas en el pasado,vamos hace...varios años:
Recién terminada la guerra civil, la gente lo que quería era situarse y buscarse un porvenir. En un pueblecito llamado Recas de la provincia de Toledo, había un matrimonio con dos hijos, eran muy jóvenes, el 30 y ella 25.
Hasta antes de la guerra vivían del campo pero, en este pueblo, todos tenían sus tierrucas y cada uno sembraba para la familia y claro, poco tenían que vender ni comprar.
La joven esposa le animó a marcharse a Madrid, decía que en la Capital habría más oportunidades...y así fue.
La cultura del esposo no era muy allá que digamos, vamos, que no era...Las primeras oposiciones que salieron para los caballeros fueron para Guardia Urbano (Hoy, policía municipal). Se daba la circunstancia de que al salir de una guerra civil, por desgracia los hombres eran escasos, y además había necesidad de cubrir las plazas.
Nuestro hombre se presentó el día del examen, tenía tal miedo que le temblaban las piernas.
El examen fue: un dictado, que este hombre lo debió de hacer bien, pues tenía una letra bonita, después les pusieron una cuenta del dividir por 2. Según el me contó varios años después, no hacía mas que darle vueltas y más vueltas a la dichosa cuenta de dividir por 2, no había modo de salir adelante. Estando pensando y mirando el papel con la maldita cuenta de dividir por 2, se acerco uno de los examinadores y le preguntó: -¿Está usted nervioso?
-Si señor, contestó.
-¿De donde es usted.
-De Recas, contesto nuestro buen hombre.
-¡Hombre! yo estuve allí en la guerra, hay un buen vino y unas chicas muy guapas.
-Si, señor, las chicas son muy guapas.
-Bueno, firme usted el examen y ya tendrá noticias.
A los dos meses, nuestro buen hombre, estaba haciendo servicio en plena Plaza de Cibeles de Madrid, vestido con un pantalón de pana y una pelliza con cuello de piel (Al Ayuntamiento no le había dado tiempo de hacer los uniformes.
Con este empleo, saco a sus 7 hijos adelante, estuvo hasta su jubilación, tuvo ese día, una mención honorífica por su buen hacer. Fue un hombre de bien...Con emoción y cariño le recuerdo. Pues este hombre era...Mi padre.
Estoy completamente conmovida con tu post, y esta historia de tu padre, que genial!!! Muchas gracias por mentarme y tambien por tu gran generosidad en tu comentario en mi blog. Feliz año amiga. Y toda tu buena fe me la llevo mañana a las pruebas.
ResponderEliminarFelicidades por contar anécdotas de la guerra civil. Todo un placer. Le animo a seguir escribiendo
ResponderEliminarSaludos
Jose Antonio
http://joseantonioantequera.blogspot.com/
(Premios20Blogs)